Por Carlos Eduardo Comas
El Casino de Niemeyer en el lago de Pampulha se encuentra en los alto de un promontorio. La recepción y los juegos se encuentran dentro de una caja casi cuadrada, en una sala hipóstila y en un altillo. Las danzas y actuaciones suceden en el tambor ovalado sobre columnas, el restaurante encima y el bar abajo. El bloque en forma de "T" de la caja alberga la cocina, sobre un muelle de carga y dos áreas de servicio.
La caja y el bloque están enfrentando a la avenida y truncando el promontorio. Casi centralizada, la marquesina trapezoidal, que protege la llegada de los automóviles, extiende un brazo para encuadrar la estatua femenina, una mano para reflejar la proyección del bloque. El tramo de llegada de la calle interior se alinea con el muelle, el de salida con la galería excavada en el lado opuesto de la caja. Dotado de una gran cornisa para ocultar el equipo del escenario, el tambor domina el promontorio y el lago. La caja y el tambor definen un cuadrado de brazos casi iguales. Una exposición de la cubierta de la caja crea un pórtico entre ellos. Casi tan alto y largo como la caja, el bloque se levanta subordinando medio piso más abajo.
Los tres volúmenes están hábilmente entrelazados. Dentro de la caja, una nave adyacente al bloque incluye un doble altura de recepción al frente de una circulación y una columna de servicio en tres niveles. Dos metros por encima del nivel de recepción, una galería se extiende a lo largo de la pista llena de baños, los pasillos, el acceso a la cocina, las escaleras y las oficinas de servicio. La administración está en el recorrido. Los vestuarios están al nivel del muelle. Una estrecha escalera de caracol al lado de la recepción proporciona una conexión rápida entre el salón y la galería . En la sección intermedia, la galería se convierte en el nivel de las rampas entre la sala y el entresuelo, avanzando en línea recta y paralela a la entrada principal. Más allá de la caja, la galería se divide en dos rampas curvadas alrededor del escenario, una de las cuales conecta la cocina al restaurante. El esquema de la circulación se completa con una escalera interior, que une a los vestuarios teatrales, y una externa, que une el restaurante de la terraza y el bar contiguo.
Por otro lado, la relación entre la vivienda, el cilindro, el bloque y la terraza acristalada asegura cuatro elevaciones tripartitas, cada una con un elemento central proyectándose sobre columnas. El acceso es frontal, pero la oblicuidad anima el proyecto. Los elementos de la composición toman forma de "L", con ejes perpendiculares al radio de la curva hecha por el automóvil antes de llegar a la marquesina. La relación entre el cilindro y la caja se asemeja a la relación entre las figuras homólogas del bloque y la terraza acristalada. La simetría diagonal se reitera en la articulación de la entreplanta en forma de L con el salón y la recepción casi cuadrada.
La terraza acristalada del Casino se posa sobre el acero fino. Sus brazos son arqueados con una delicada nota de ortogonalidad dominante, robando la cabina en Garches para encuadrar la estatua de Zamoisky. En Montecarlo, es costumbre que los jugadores toquen la rodilla de un caballo de bronce para la suerte. En Pampulha, la estatua yacente es una figura femenina, lo que hace recordar que es una diosa que gobierna el destino, el destino y las oportunidades en la mitología latina. Fortuna tenía el poder de levantar el mortal indigno y rebajar a los poderosos; ella controlaba el destino de todo viviente, proporcionando de fertilidad a los hombres, las plantas y los animales, y se representó como una mujer ciega sosteniendo un timón para dirigir el curso del mundo, y un cuerno de la abundancia de las riquezas que pudiera quitar el cuerno Amaltea, la cabra que amamantó al niño Júpiter, la abundancia prometida por Dios a la familia propietaria del animal. Curiosamente, el brazo arqueado puede ir a través de cuerno estilizado o bien aumentando el lazo, ambos atributos de Diana Nocturna. En el lado opuesto, cruzando un sector de la secuencia de entrada en el Ejército de Salvación, dos apoyos delínean, esperanzados, la V de la victoria, Si non è vero, è bene trovato. Hedonismo nunca significó cerebro vacío.
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Arquitectos: Oscar Niemeyer
- Año: 1942
Referencia: Carlos Eduardo Comas, "O Cassino de Niemeyer e os delitos da Arquitetura Brasileira", ARQTEXTO, no. 10-11, 2007.